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Deus Ex Human: Revolution

marzo 10, 2012

En el año 2027 las mejoras tecnológicas están a la orden del día. Las grandes corporaciones como Sarif Industries o la Tao Yong Medical se reparten el pastel de los aumentos biotecnológicos. Ahora, las personas pueden sustituir sus brazos ortopédicos o sus fallas en la movilidad con implantes artificiales que hacen que la especie humana entre en un nuevo escalón en su evolución.  Adam Jensen es el encargado de seguridad de Sarif Industries, ubicada en Detroit. Alma de la ciudad gracias a ser la precursora de la reactivación de la economía de esta ciudad, una de sus científicas, Megan Reed, ha realizado un descubrimiento sorprendente en cuanto a la biotecnología que podría cambiar el curso de la especie humana.

«Deus Ex Human: Revolution» es una especie de híbrido entre juego de rol, acción e infiltración. Estas tres ramas de interacción están fuertemente desarrolladas en el juego, y siempre podremos escoger entre hacer uso de las armas de fuego desde el primer instante u optar por la entrada sigilosa en almacenes, bases científicas o edificios corporativos. Si bien lo que el juego nos pide es el arte de la infiltración, habrá ciertas secuencias en las que, como buena experiencia incluso cinematográfica, hagamos uso de las armas de fuego (especialmente emocionantes son algunos tiroteos en el interior de sedes gubernamentales).

Por otra parte, como decimos, la experiencia cinematográfica está presente desde el primer minuto. La secuencia inicial, a modo de tutorial, nos ayudará a manejar los controles básicos, y al mismo tiempo, nos meterá en situación, conoceremos algunos futuros enemigos, y la trama corporativa y conspiranoide comenzará a tomar forma. Acto seguido, veremos una secuencia de títulos de crédito que, por una parte, podrían ser calificados de arte sin ningún problema, y por otra, nos remarca ese componente cinematográfico del que hablamos. Una maravilla.

Además de todo ello, todo el juego respira a «Blade Runner» por los cuatro costados. Es increíble cómo habrá escenarios que nos recuerden fuertemente a la película de Ridley Scott, y su influencia no es ocultada en ningún momento por el videojuego, si no que la explota enormemente bien llevándola a su terreno para contarnos la historia.

De este modo, nos adentraremos en un futuro no tan lejano, donde las grandes corporaciones tienen el poder (un poquito como ahora), mezclándose diferentes intereses, desde económicos hasta puramente filosóficos, pasando todas nuestras decisiones a través de nuestra propia catadura moral, logrando así una inmersión brutal dentro del relato. Y digo relato a estas alturas porque «Deus Ex Human: Revolution» tiene momentos de auténtica obra de ensayo reflexiva sobre nuestro futuro, sobre los peligros del desarrollo de la tecnología sin control, donde el interés propio puede llegar a afectar a millones de personas (un poquito como ahora, again), convirtiéndose en un videojuego de rabiosa actualidad. Habrá secuencias que nos recordarán enormemente a cosas vistas recientemente en televisión o Internet, tal y como revueltas populares en contra de los aumentos y cordones policiales salvaguardados por policías antidisturbios.

Por otra parte, hay diferentes elementos a lo largo de la aventura que nos hará conocer más del mundo por el que transitamos. Libros electrónicos, agendas de bolsillo y ordenadores a los que podremos acceder de manera libre o a través de pirateos, nos dará una visión mucho más global del contexto en el que nos movemos, dándonos información, en algunos casos complementaria, y en otros profundamente provechosa, no ya solo para nuestro devenir en la historia, si no para atar ciertos cabos sueltos que nos puedan surgir.

Como bien habrá visto el lector, la historia del juego me ha absorvido de una manera brutal, y me ha encantado, una barbaridad. Mientras lo jugaba no dejaba de pensar que se trataba de un videojuego que, seguramente, vuelva a jugar dentro de un tiempo para, primero, poder empaparme bien de toda la trama, y segundo, volver a vivir el contexto tan rico que nos muestra.

Sin embargo, en cuanto a las señas de identidad como videojuego en sí es donde veremos ciertos fallos. En primer lugar, corremos el riesgo, a pesar de su formidable jugabilidad, de que el juego se nos haga ciertamente repetitivo, ya que como decimos, liarse a tiros con todo el mundo no termina de ser la opción más adecuada. No es que resulte más complicado, si no que, pienso, traiciona enteramente el concepto de juego y de historia que nos están vendiendo. Por lo que la infiltración estará a la orden del día, y como digo, puede haber pasajes que se nos hagan algo pesados.

Por otra parte, el juego está algo lastrado tecnológicamente. Nos sorprenderá al principio cómo las expresiones faciales son insulsas, y habrá escenarios que nos parezcan de cartón piedra, o directamente mínimamente inspirados. En contra punto, hay otros entornos que son increíbles, especialmente la sede de la Tao Yong Medical (su ático más especialmente, una maravilla con reminiscencias a la Tyrell Corporation) o la sede de la Picus Communication.

Son fallos que, como digo, nos pueden sorprender a inicio de la aventura (por ejemplo, la dificultad de los jefes finales, tremendo carisma, pero que nos nos costarán más de dos o tres intentonas el vencerlos), pero una vez superado el susto inicial, la historia principal nos absorve y no nos suelta. Además de ello, tendremos la opción de variadas misiones secundarias en las diferentes ciudades que visitaremos, aumentando no solo la experiencia de juego, si no el mundo futurista que nos presentan.

Lo cierto es que, en lo personal, es un videojuego que sabía que me iba a gustar desde que lo compré. Desarrollo biotecnológico, Cyberpunk, corporaciones, conspiraciones, intereses encontrados, decisiones por parte del jugador sin un medidor inútil sobre el bien o el mal… Lo tiene todo para tenernos pegados al sofá durante sus más de 20 horas que dura la aventura. Y la verdad es que no entiendo cómo nadie ha puesto sus ojos en este videojuego para llevarlo al cine. Cierto es que su banda sonora pasa desapercibida, supongo que por el hecho de haber creado una partitura más centrada en la inmersión, pero viendo ciertas promos como la que os dejo a continuación, es una auténtica lástima.

En conclusión, «Deus Ex Human: Revolution» es un videojuego que, para cualquier amante de la ciencia ficción, es un indispensable. La toma de decisiones estará a la orden del día, incluso en conversaciones en las que nuestra pericia para llevar el diálogo en la dirección que nosotros queremos condicionará la aventura hacia un sentido u otro. El guión es sólido y enrevesado en un principio, y a pesar de contar con un tramo final quizás algo precipitado, el conjunto global es sobresaliente. Si nos gustan las historias que nos dejen un sentimiento de experiencia plena, además de cierta reflexión sobre la tecnología, los títulos de crédito finales nos los tragaremos pensativos y dubitativos sobre nuestras elecciones y nuestro recorrido. Como digo, un imprescindible de la ciencia ficción.

2 comentarios

  1. Últimamente he tenido la oportunidad de jugar a este juego y coincido contigo. Lo que más me impactó fue la ambientación, muy lograda, y con ese toque de «futuro no tan lejano». Luego todo el mundillo de los aumentos y las consecuencias sociales que trae también es algo muy trabajado.

    Sin embargo una vez lo estás jugando echo de menos escenarios más abiertos. Detroit, por ejemplo, se traduce en el juego como cuatro calles cortadas de forma sospechosamente casual. No tienes la sensación de estar rodeado de toda una ciudad CiberPunk si no ves cierto bullicio, no sé si me explico.

    Un saludo!


    • Sí, mira, es un detalle importante que se me ha olvidado resaltar. Las ciudades están muy muy limitadas, por lo que exploración por ellas, la justa. Aún así, no considero que lo necesite realmente, ya con lo que nos muestran consigue ese grado de inmersión. Además, una vez hemos avanzado lo suficiente en el juego, se vuelve mucho más lineal, por lo que deja de tener tanta importancia. De todas formas, hay cierto momento en que los disturbios son muy pronunciados, y no vemos demasiadas consecuencias, a parte de un despliegue policial bastante burro en las inmediaciones de Sarif Industries.



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